Excelente nota de Juan Salinas en su gran blog Pájaro Rojo, de lo mejor que se encuentra en la web.
Farsas y alcahuetes: Las apariencias engañan
Veo la tele mientras me hago un arroz con calamares. Veo de reojo TVR, el mejor programa para los que vemos poca tele y no siempre pueden ver 678. Aparece Caparrós diciendo que ya en el 98 pensaba que había que hablar menos de los '70. A continuación, aparece un tal Ego, émulo no declarado de Fidel Pintos, chanta insuperable que trata a Mopi de "canalla". Se mete con sus bigotes. ¡Qué fuerte! Es el mismo que se prendió al intento de linchamiento virtual de Horacio González por un sociólogo platense y sus acólitos, pero que rápidamente se llamó a recato tan pronto vio que tendría que polemizar en serio. Por suerte también apareció Hugo Presman razonando que si se le dice "canalla" a un disidente ¿Qué queda para los Videla, los Bussi, los Menéndez?. Después apareció Aliverti diciendo una verdad como una catedral: que contra Menem cualquiera sacaba patente de "progre" pero ahora muchos muestran la hilacha. Y aparece una imagen de Lanata, que inició su carrera (hacia su destino manifiesto: ocupar el lugar que dejó vacante Neustadt) como segundo suyo en Radio Belgrano. Lanata dice con mucho más énfasis que Caparrós, que está "po-dri-do de hablar de los '70"... ¿Perdón? Nunca jamás escuché a Lanata hablar de los '70, un tema al que siempre le rajó. De hecho, la única vez que se atrevió a meterse con los '70 fue cuando escribió un pésimo libro sobre la guerrilla de Masetti, el comandante Segundo (el primero era el Che) en Salta, allá por el '64. Lanata lo propagandizó como un ajuste de cuentas con los '70. Y es que para Lanata, los '60 y los '70 son lo mismo, y el es un pendex que se ofrece indecorosamente a Magnetto. Pegame y llamame Marta, Héctor, pero dame por lo menos cien lucrecias por mes. No me digas que no: Si le pagás más a los ignotos miembros del directorio de Papel Prensa. Aparece Cecilia Rot dolida porque no sólo creyó en Lanata, sino que fueron amigos, o al menos eso parecía. Y de golpe, el summum, Sylvina Walger, ataca a los Kircher, que son defendidos por Carlos Escudé. Sylvina es muy gorila, pero en los '70 estuvo muy cerca de Montoneros, sino adentro. En cambio, Escudé, con esa cara de no matar una mosca, fue interrogador (no torturador, sólo interrogador, le servían prisioneros ya ablandados) en la tenebrosa Superintendencia de Seguridad Federal (SSF, Coordinacion Federal o "Coordina") durante el gobierno de Videla.Coincido con Presman: el kirchnerismo está lleno de alcahuetes como Escudé y fanáticos ignaros que te hacen la cruz en cuanto no aplaudís algo. Basta ver cuando el ministro Fernández dijo que la Policía Federal tiene una historia "impoluta" y se comió de un solo tarascón la Triple A y el "grupo de tareas" acaso más cruel y con toda seguridad más impune. Nadie dijo esta boca es mía. Fue igual durante el primer peronismo. Para el '53, ya no estaban muchos. Algunos, habían tenido que tomarse el pire, como si fueran contreras. Domingo Mercante, "el corazón de Perón" había hecho punta. Y estaban al margen del gobierno el médico Ramón Carrillo (que tuvo que irse del país), Cooke y Jauretche. Y muchos otros, hasta Hugo del Carril tuvo problemas por no ser obsecuente.Me temo que. tal como sospecha Boot, el peronismo que nos enamoró sólo existió luego del bombardeo de junio del 55, de la caída de Perón, de los fusilamientos de junio del 56. Por lo pronto, también el kirchnerismo que nos enamoró surgió de la derrota, no de la victoria. Porque fue en la derrota, tras el voto "no positivo" del crápula Cobos, cuando callaron los oportunistas y logreros, cuando recién pudimos contarnos y reconocernos. Hoy, cuando las cosas han vuelto a ir bien, proliferan como hongos después de la lluvia.
3 comentarios:
Calcule que si ya los conversos son un problema, los falsos conversos son mucho peores.
Excelente, sencillamente excelente.
Los alcahuetes y oportunistas son las consecuencias naturales del ejercicio del poder. Están en toda la sociedad, hasta en una asamblea de propietarios de un edificio. Puestos a elegir, prefiero ser gobierno aún a costa de esta gente antes que ser oposición pulcra y depurada.
Cuidado con el romanticismo de la derrota y la idealización del martirio. Si el precio de no volver al 56 es que te defienda Escudé, pago con gusto.
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