La cosa era más o menos así. Eran Fernando y un pequeño grupo de amigos que miraban mucha tele. A uno de ellos le gustó mucho un personaje palestino que lideraba el movimiento de liberación de su país contra la opresión israelí. Le interesaba lo que decía pero mucho no entendía. Lo que más le gustaba a Fer era el pañuelo a cuadros negros y blancos que usaban Yasser Arafat y muchos de sus partidarios. Entonces, un día fue a Once y averiguó cuánto salían. Le dieron el precio y le dijeron que había descuentos importantes por cantidad. Volvió al barrio y se lo contó a los amigos que también adoraban ese tipo de pañuelos. Lo mínimo eran 50 unidades: "Te ahorrabas casi la mitad, así que imaginate, empezamos a juntar gente a lo loco!!!", cuenta Fernando. Así fue como juntando guita tras guita, moneda tras moneda, se formó Quebracho y con los pañuelos puestos los chicos salieron a conquistar chicas cada vez que se prendió una cámara. Cojer, mucho no cojieron, pero eso si... vallas y rejas no dejaron una sana. Eso es todo, ¡¿vieron que linda historia?!
Este domingo venimos con el auge y caída de la famosa conchuda del megáfono. Hasta entonces, entonces...
2 comentarios:
Chin pum!
A propósito Unfor, sabe que siempre pensé que Quebracho no hacía "entrismo" en los grandes movimientos populares porque hacía mucho ruído cuando golpeaba las vallas con la cachiporra y eso los delataba. Es apenas una teoría. Tengo otra que dice que todo peronista cordobés de apellido De la Sota es terrible garca. Pero apenas está en etapa de desarrollo. Cuando tengamos los primeros resultados lo publicamos. Saludos
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