Pequeño estudio sobre las escuelas de actuación en el cine y la TV argentos. Casos especiales y la pregunta ¿Enrique Piñeyro es forro o muy forro?

Escuela 1: "EL SOBRE-ACTUACIONISMO"
Existe en el cine y teatro argentino una marcada tendencia a acentuar los gestos de los personajes que a los actores les toca interpretar. Esta costumbre, según mi humilde parecer, tuvo origen con el super-mega-valorado Alfredo Alcón, hecho sobre el cual alguien deberá explicaciones alguna vez. En menor medida es responsable de esto también Rodolfo Bebán, aunque menos destacado por la prensa especializada y más abocado a las telenovelas que a Chejov. Y no me vengan con que hizo Nazareno Cruz y el Lobo y películas de Torre Nilson porque a lo sumo habrán sido buenas a pesar suyo.
Alcón y Bebán vienen a ser algo así como los creadores de un género: "la sobreactuación". Categoría que hizo alta escuela en la Argentina y que dió lugares a grandes "sobreactores" que han poblado por décadas las pantallas argentas de los cuales va un pequeño listado de memoria: Lito Cruz, Fernán Mirás, Felipe Colombo, Jorge Marrale y en un caso extremo, casi radicalizado diríamos: Pablo Echarri.

Escuela 2 "EL UNIPERSONAJISMO"
Otra tendencia es la del "unipersonaje". Esto es actores cuyo registro abarca el amplio campo de un solo arquetipo. Ejemplo: te toca hacer de joven abogado, de judío que busca a su padre o de personaje de una publicidad de teléfonica y los sacas a la perfección. Es decir, los tres igualitos.
Caso obvio de esta escuela es Daniel Hendler, aunque Pepe Monje y Mike Amigorena de Lopérfido también tienen lo suyo.


Escuela 3:
"EL ANTI-ACTUACIONISMO"
El extremo de esta variante, que se opone a la de los "sobreactores" es la de los "anti-actores". Gente que se esfuerza en no actuar. Así de sencillo. Sin vueltas. A estos le das el papel de Gandhi, el de Alan Schenkler o el de la Gorda Matosas y te lo sacan igualitos a sí mismos. Con sus caracteres personales y confiando en la magia del vestuario y de las agencias de promoción, que combinado con los cheques mensuales que reciben los críticos, hacen todo el trabajo. Ejemplos de la anti-actuación los vemos en un Nicolás Cabre, Nicolás Pauls, Martín Seefeld, Luciano Castro o Walter Quiróz.

CASOS ESPECIALES
Un caso espcial y tal vez único en el mundo es el de los "Actores que actúan de otro actor haciendo de si mismo". Es el caso, por ejemplo, de Leonardo Sbaraglia haciendo de Héctor Alterio cuando hace de Alterio (de este último queremos decir: cuando Alterio hace de si mismo ¿se entiende algo?) El origen de esta escuela se da con Caballos Salvajes, sin dudas. No conocemos otros casos, a excepción de la variante múltiple dentro de esa escuela que se da en la peli Cenizas del Paraíso, en la que todos, hasta Leticia Bredice, hacen de Alterio. Pero ya es como tu mach el tema y se pone denso. No queremos cenas amistosas con amigos que nos hagan decir lo contrario.




Otros casos raros a nivel mundial y que no nos animamos siquiera a clasificar son los de Enrique Pineyro y Jorge Lanata cuando hacen de Enrique Piñeyro y Michael Moore, respectivamente. Sencillamente la cosa nos supera mal, pero mal mal, eh.

Mañana, todas las imagenes. Hasta entonces, siempre y cuando no nos inviten a cenar Esmeralda Mitre, Darío Loperfido, María Laura Santillán y Adrián Suar. En ese caso no nos convencerá el proyecto.