Sra. González de Duhalde. – Señor presidente: yo iba a encarar el tema desde el punto de vista del orden natural...
Mientras nosotros tratamos de hablar de este tema, de ponernos de acuerdo o no, afuera, un grupo de mujeres que estaba rezando el Rosario era atacada con huevos, por la intolerancia. Estamos en un ámbito de cada vez mayor intolerancia...
No es la primera vez que este imitador de Maquiavelo que tenemos en el gobierno nos pone en situaciones extremas en temas que no son poco importantes; son muy importantes, pero no son urgentes. Lo mismo nos pasó con la discusión y la pelea personal del gobierno con Clarín. Ahora se trata de la pelea personal del gobierno con la Iglesia...
las leyes son construcciones culturales. ¿Por qué no tenemos aceptada la poligamia? ¿Por qué no aceptamos el adulterio? Si esto es en son de aceptar, aceptemos todo lo que venga. Pero no es así: la ley se asienta en construcciones culturales, que son las que instalan las mayorías de cada pueblo, no las minorías. Por eso el adulterio, las relaciones entre padres e hijos, la poligamia, no son aceptadas por nuestra sociedad. Se habló hasta el cansancio de la discriminación.
No tenemos que discriminar. Por supuesto que no tenemos que discriminar la elección sexual de un hombre o de una mujer; por supuesto que no. La homosexualidad es más vieja que el mundo, pero ahora estamos hablando de otras cosas. Estamos hablando del matrimonio, que es algo muy diferente. En aras de preocuparnos por la discriminación, ¿por qué no nos preocupamos por toda la gente que está durmiendo por acá, por los alrededores? ...
No importa que los jubilados ganen un sueldo de hambre; esos son temas menores. Ocupémonos de esto, que es importante y urgente. Porque es importante para el gobierno envolvernos o, por lo menos, intentar distraernos de los verdaderos temas que deben preocupar a la sociedad. Entonces, en lugar de hacer lo mismo que en los países serios, donde se toman dos, tres y hasta cuatro años para debatir estos temas, lo sacamos a las apuradas, tratando de que coincida lo más posible con la semana del orgullo gay. Y aclaro que no tengo ningún problema con los homosexuales: tengo amigos y familiares homosexuales y no tengo problema con ellos. Pero aquí estamos hablando de otra cosa. Gobernar es fijar prioridades y la prioridad es garantizar los derechos básicos de los ciudadanos a comer, a vestirse, a educarse...
Porque si no lo ensamblamos en un proyecto de nación seguimos divagando. Hoy es el matrimonio homosexual, mañana es otra cosa, porque no tenemos proyecto de país y son cientos de horas las que perdemos acá sin ocuparnos seriamente de los temas de la gente...
El día que la Argentina garantice todos los derechos humanos básicos, podremos plantearnos como sociedad los derechos de los homosexuales...
Entonces, los países que se toman la libertad de declarar el matrimonio homosexual
no tienen chicos para adoptar; nosotros sí. Y ellos van a venir a llevarse a nuestros chicos...
Entonces, los países que se toman la libertad de declarar el matrimonio homosexual
no tienen chicos para adoptar; nosotros sí. Y ellos van a venir a llevarse a nuestros chicos...
Personalmente, creo que, preocupados por los derechos individuales, estamos cada vez más autistas como sociedad, estamos enfermos como sociedad...
fahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh mieeeeeeerda!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
2 comentarios:
Linda pareja los Duhalde, ¿no?. Uno para el otro.
Y ninguno para nosotros.
Un Abrazo
No sea tan malo sr. subjet. También tienen un amigo gay
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